Para beneplácito de los deterministas, creo que nos ibamos a encontrar de alguna manera.
No podiamos ser mas distintos, ni estar más enfrentados politicamente.
Pero fuimos amigos, Marcelo.
Yo fumaba, vos no.
Yo tocaba la guitarra, vos apenas si escuchabas musica.
Pero a mi me gustaba escucharte hablar de Diexismo...ese hobby rarísimo de salir a buscar radios fantasmas.
No pensabamos igual, en casi nada.
Y digo casi, porque los dos amábamos nuestra carrera.
Fundamos una sociedad accidental muy exitosa: seremos abogados, cueste lo que cueste.
Y lo que menos aprendi fue de derecho
Aprendí de tu sacrificio diario
de tu esfuerzo
de tu pesimismo esperanzado
de tu ejemplo como hijo
de tu sentido de la lealtad
He visto como crecías como abogado, como hombre de la política, como padre, como marido.
Me has hecho sentir orgulloso de ser tu amigo
He visto como hacias crecer cada sueño
No te perdono que a los cuarenta y tres años te hayas ido.
Quedaba tanto por hacer.
Y al mismo tiempo, pienso que hiciste tanto, que tenías que descansar.
No se.
Hay un gran vacío , Marcelo.
Ojalá podamos entender.
viernes, 19 de noviembre de 2010
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